Menor costo:
Comparativamente con el concreto, el acero permite reducir el peso de determinadas estructuras hasta un 30%.
Menor tiempo en la construcción:
Las estructuras metálicas, al ser más ligeras, precisan una menor profundidad de la cimentación y, además, el acero está disponible en gran cantidad de tamaños y formas, simplificando su montaje.
Ahorro en materiales:
El acero permite reducir hasta en un 50% la superficie a pintar.
Prevención de accidentes:
El acero tiene mayor resistencia al fuego a la hora de incendio.
Facilidad para el diseño:
La ligereza y la elasticidad del acero, además de su resistencia, le hacen el material ideal para realizar obras de diseño innovador.
Bajo mantenimiento posterior:
Lo que permite una menor inversión en mantenimiento y remodelación.
Mayor resistencia:
Su alta resistencia por unidad de peso, permite estructuras ligeras, aspecto importante en la construcción de puentes, edificios altos y estructuras cimentadas en suelos blandos.
Permite ampliaciones:
El acero permite modificaciones y/o ampliaciones en proyectos de manera mucho más sencilla que otros materiales habitualmente utilizados.